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Archive for October 2nd, 2012

(Artículo publicado originalmente el 1 de octubre de 2012 en el diario en internet oroyfinanzas.com)

La economía española y la sátira taurina

 

El pasado mes de julio el prestigioso semanario The Economist  abrió a toda página con la imagen de un toro ensangrentado y prácticamente abatido, lo que simbolizaba un animal herido de muerte. Por si no fuera evidente la metáfora con España, encabezaba el diario un “Spain” del que intencionadamente se había desprendido su “S” inicial, dejando así claramente y en evidencia la pena y el sufrimiento por los que atravesaba el viejo país de la piel de toro. Y para ya no dejar duda alguna, el toro estaba marcado por la divisa del euro … .

 

Aunque en la actualidad  muchos se empeñen en negar la identificación  de este animal con las culturas mediterráneas, esa íntima relación ha estado bien presente desde antiguo. Por no remontarnos muy atrás, como dijo Ortega y Gasset en 1883, “Afirmo de la manera más taxativa que no puede comprender bien la Historia de España, desde 1650 hasta hoy, quien no se haya cimentado con rigorosa construcción la historia de las corridas de toros en el sentido estricto del término, no de la fiesta de toros que, más o menos vagamente, ha existido en la Península desde hace tres milenios, sino lo que nosotros actualmente llamamos con ese nombre.La fiesta ha vivido modificaciones en sus tradiciones y sus protagonistas, pero siempre se le ha considerado símbolo y reflejo del momento histórico concreto. Por ello, la imagen mencionada del toro malherido ofrecida por The Economist no es nueva; nos recordó a una de las caricaturas satíricas que mejor representa la debacle española de finales del siglo XIX, en pleno gobierno de Sagasta, publicada en la revista satírico-política La Broma, el 31 de agosto de 1882.

Es “El novillo de la mojiganga”. Describe a un pobre animal objeto de burla y herido por doquier por las clases pudientes y dirigentes de la época. En ella se ve, ante la impotencia del alguacilillo que representa la autoridad, cómo el animal (símbolo de la pobre España), cubierto  de rejones, estoques de matar y banderillas, es incapaz de embestir y humillado no puede  tolerar una herida más; ya sea bajo la forma de un nuevo impuesto, un nuevo privilegio o una nueva e injusta legislación. La imagen de esta caricatura no deja lugar a la duda y, por desgracia, resulta tan pertinente y expresiva de la dura realidad de hoy como ya lo era entonces.

¿Y qué era eso de la “mojiganga”? Se trataba de una variante del toreo cómico que procede del siglo XVIII y se mantuvo hasta casi fines del XIX. Tiene sus raíces en el teatro, ya que es similar a los “entremeses” que se hacían en el teatro clásico como divertimento y descanso en los espectáculos de obras dramáticas y comedias. En espectáculos taurinos de menor importancia se soltaba el “novillo de la mojiganga” al ruedo mientras se desarrollaban escenas de parodias puramente mímicas con personajes disfrazados. Los temas eran variados, siempre de actualidad, muy reconocibles por el público; y el animal se convertía en protagonista de la escena entre risas y miedos, pues acometía y embestía a los personajes. Los actores solían ser toreros humildes que no eran contratados en corridas serias ya por su juventud o su madurez. Era un espectáculo grotesco y pobre en vestimentas y atrezos que fue perdiendo importancia y a fines del XIX ya no se practicaba.

La sátira taurina de nuevo de actualidad

Pues bien, parece que vamos a tener que tirar de nuestros clásicos taurinos y utilizar las mojigangas para denunciar a la clase que dirige el país en estos tiempos, por la sangría que están infringiendo al pobre animal, a la malherida España.  Les sugerimos que pongan ustedes mismos nombre a los protagonistas de esta triste parodia nacional. El resultado está a la vista de todos: la población desesperada, empobrecida y, lo que es peor, sin esperanza, cual pobre novillo sometido a los “bajonazos” de una clase dirigente que no está a la altura. Y ante este cuadro tan desesperante, ¿qué hacen las autoridades varias que nos gobiernan? Están en el mejor de los casos en el callejón, viendo los toros desde la barrera, como el alguacilillo de la caricatura de La Broma.

Juan Castañeda

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