(Esta es una versión ligeramente revisada y ampliada del artículo publicado originalmente en GoldMoney Research; el 15 de mayo de 2012)
Una mejora del sistema de creación de dinero bancario
El Estado concede el monopolio legal de emisión de billetes al banco central de cada país. Pero al mismo tiempo todos sabemos que podemos hacer transacciones con otros medios de pago ofrecidos por la banca comercial. Esto es posible porque los bancos son capaces de crear dinero, el llamado dinero bancario; que son los depósitos de los que disponemos a menudo mediante el uso de cheques, transferencias bancarias, tarjetas de débito y crédito o domiciliaciones bancarias. Ello sin duda nos hace la vida más fácil, ya que no hemos de llevar con nosotros grandes cantidades de efectivo para hacer pagos cotidianos. Sin embargo, los bancos no tienen libertad para emitir su propia moneda; únicamente pueden crear depósitos denominados en la moneda del banco central, depósitos que además están en la obligación de devolver en dicha moneda a petición del cliente. Ello no implica que los bancos hayan de mantener todo nuestro dinero en caja en todo momento. De acuerdo con la normativa actual en la Eurozona, sólo han de mantener en caja alrededor de un 2% de los depósitos de sus clientes (llamado coeficiente de caja); por este motivo se le conoce como un sistema monetario de reserva fraccionaria. Es un sistema monetario que permite la expansión de la oferta de medios de pago pero que implica un mayor riesgo, ya que está expuesto a una mayor probabilidad de fallo del sistema bancario.
Los bancos comenzaron ya a operar bajo este sistema de reserva fraccionaria hace tiempo, en la Edad Moderna; y fue cuando comprobaron que sólo una pequeña parte de sus clientes retiraban el efectivo de sus depósitos para hacer sus pagos. A sabiendas de ello, comenzaron a prestar una parte de ese dinero no retirado, lo que les permitió aumentar aún más sus depósitos y con ello los medios de pago en la economía. Como era de esperar, los bancos ampliaron sus balances y sus beneficios, ya que el coste de mantener los depósitos de sus clientes era mucho menor que la ganancia que obtenían con la concesión de los nuevos créditos. Desde mediados y finales del siglo XIX, los bancos desarrollaron mucho más sus técnicas de intermediación y ello resultó en una mayor posibilidad de crear nuevos depósitos que sus clientes apenas convertían en efectivo para hacer sus pagos. Como resultado, los bancos se dieron cuenta de que los clientes cada vez necesitaban menos efectivo, lo que fue conduciendo al mantenimiento de un coeficiente de caja cada vez menor.
Por todo ello, vemos que la tendencia a operar con un menor coeficiente de caja viene de bastante atrás. El cambio más relevante vino con el abandono del patrón oro tras la Primera Guerra Mundial. Como sabemos, el patrón oro sirvió como sistema para limitar las emisiones del banco central y las de los bancos comerciales; dado que tenían que mantener en forma de reserva un activo de valor intrínseco (el oro) para respaldar sus emisiones y operaciones. Una vez reemplazado por un sistema monetario cada vez más fiduciario, los bancos ya no tenían que conservar oro en forma de reservas, que pasaron a ser los propios billetes del banco central; billetes, que ya sin valor intrínseco ni apenas coste de “producción”, podían ser creados de un día para otro. A ello se añadió la declaración de los billetes emitidos por el banco central (el dinero de reservas de la economía) como el único dinero de cdurso legal de la economía. Este nuevo sistema, unido a la aplicación de políticas monetarias discrecionales, resultaron en un aumento de la liquidez y, finalmente, en mayor inflación así como mayor inestabilidad de la economía a finales de la década de los 60 y en los años 70.
En consecuencia, un sistema de reserva fraccionaria cuando el dinero de reserva es puramente fiduciario, que además está monopolizado por el Estado, conduce a un exceso de oferta de dinero si no es limitado, bien por el propio banco central, con su compromiso con una regla monetaria efectiva en el mantenimiento del poder de compra del dinero, o bien por el propio mercado, mediante la introducción de auténtica competencia en el mismo. Claro que no es este el único sistema monetario posible. Los defensores de una parte(1) de la tradición de la Escuela Austriaca de Economía (de la linea de Mises fundamentalmente) han defendido siempre el establecimiento del coeficiente de reservas bancarias del 100%. Siguiendo su planteamiento, dado que el dinero depositado en las cuentas corrientes puede ser inmediatamente dispuesto por los clientes, los bancos tendrían que estar obligados a mantener todo el dinero en caja. En este caso, el coeficiente de caja sería del 100% del valor de los depósitos; por lo que los bancos sólo podrían crear nuevos medios de pago mediante el uso del dinero depositado en cuentas de ahorro. Por tanto, si adoptáramos esta propuesta, el sistema monetario podría ser más seguro y estable, si bien con el coste de disponer de menos medios de pago en la economía.
En mi opinión, no hemos necesariamente de encaminarnos hacia un sistema de reserva del 100% para mantenerlo estable, a la vez que permitimos el pleno desarrollo del mercado y sistema bancarios. El patrón oro es un buen ejemplo de un sistema monetario estable que funcionaba con reserva fraccionaria. Además, es de esperar que la introducción de más competencia en el mercado monetario o el compromiso con una regla monetaria que verdaderamente preserve el poder de compra de la moneda mejore el funcionamiento de los sistemas fiduciarios actuales.
Juan Castañeda
Nota:
(1) Y digo bien, una parte de esta escuela. Otros significativos representantes de la Escuela Austriaca de Economía, como F. Hayek o G. Selgin en la actualidad, no comparten esta propuesta de obligatoriedad de respaldar los depósitos con el 100% de reservas en caja.
No es tan claro que Mises haya defendido el 100 por cien. Nicolás Cachanosky trabajó este punto y el debate está abierto: http://papers.ssrn.com/sol3/papers.cfm?abstract_id=1734143
Gracias por su comentario. Que Mises defendiera el 100% de reserva fraccionaria creo sinceramente que no es discutible. Hay muchas referencias de ello en su obra de los años 20 y 30 del siglo pasado. De hecho, es él aún la referencia de entre quienes defienden esta propuesta.
Cosa distinta es que lo hiciera para un sistema de emisión competitivo (sin un banco central monopolista). Este punto es estudiado en profundidad en el libro del economista español J. Huerta de Soto: “Dinero, crédito bancario y ciclos económicos” de Unión Editorial.
Un saludo,
Juan Castañeda
Hola Juan, te agradezco este excelente trabajo de información, pero me queda una duda: Cuando se refiere al patron oro como referencia para emitir dinero por el banco central ¿Se trata de emitir dinero en función del valor exacto de las reservas de oro?, o ¿se aplica un coeficiente, como el de caja de los bancos que permite hacer dinero nuevo, por ejemplo, 10 veces el dinero existente en caja? ¿Que coeficientes se han venido aplicando con el oro?
Gracias por tu atención, y un cordial saludo, juanmanuel
Gracias por tu comentario Juan Manuel.
En el patrón oro se emitían el banco central se comprometía a emitir billetes convertibles en todo momento a la vista en la moneda de oro, que era así el verdadero dinero del sistema monetario. Esa convertibilidad no implicaba el respaldo al 100% de cada billete con reservas de oro equivalentes, por lo que el patrón oro funcionó con un coeficiente de caja o de reservas menor al 100%. Al principio, el coeficiente era alto pero, pasados los años, visto el escaso uso de las monedas de oro en el tráfico comercial normal por la disponibilidad creciente de muchos otros medios de pago bancarios, ese coeficiente fue bajando bastante. Además, los Estado de cuando en cuando ampliaban los límites de emisión de billetes del banco central a cambio de un “préstamo” a su favor. Ello mermaba aún más el coeficiente de caja claro (este fue el caso de España). Si estás interesado en el patrón oro, en el blog verás una publicación con el enlace a una conferencia donde trato del funcionamiento del patrón oro de la manera más amena posible (“El patrón oro en sus caricaturas”).
Como dato aproximado, Hayek estimaba que había un límite que no se debía rebasar, que era un encaje de reservas de oro de alrededor del 25-30%.
No sé si te he contestado con esto. Si no es así, no dudes en hacérmelo saber.
Un saludo, Juan Castañeda
Juan Manuel, aquí tienes el enlace de la publicación que te comenté,
https://theoldladyofthreadneedlestreet.wordpress.com/2011/12/26/los-bancos-centrales-en-caricaturas-clasicas/
Un saludo, Juan Castañeda
Hola juan, agradezco tu atención, y es una suerte para mí haber encontrado un explicación que ha satisfecho plenamente mis interrogantes y no solo por el conocimiento demostrado sobre el tema, si no por la excepcional cualidades al exponerlo, ideas claras y concisas, un discurso muy ameno, lo digo también por el video que has publicado sobre este asunto, que me parece excepcional, de cosas importarte que he aprendido y puede aprender mucha gente en tan breve tiempo. Temas que necesitamos saber todos, y que suelen ser bastante confusos y rodeados de cierto secretismos, se ven expuestos con absoluta claridad y detalle. De tal modo que me he permitido recomendar ese video tuyo en mi blog.
Sobre esa pregunta concreta que te hacia, no sabes las vueltas que le he dado a la Red buscando respuesta, y no he encontrado ningún dato que me confirmase si el valor oro es también fraccionado para la emisión de la moneda, así que tu respuesta ha sido de gran utilidad para el artículo que expongo en mi blog http://comunidad.terra.es/blogs/economiamundial/default.aspx (ATRACO AL BANCO CENTRAL…..) , aunque no he variado la proporción que desde un principio suponía, dejándole en un 10 por cien, como los coeficientes de caja, no sé si me he pasado mucho, o puede ser también una proporción aceptable. Supongo que no habré incurrido en alguna otra imprecisión con este tema, pues no tengo otra experiencia sobre estos asuntos más que la información que voy obteniendo por la Red, con el propósito único de entender un poco lo que nos está pasando con la crisis. Así que te agradezco sinceramente tu atención y sin duda que es un honor para mí haberla recibido de una persona de excepcionales cualidades y conocimiento.
Un afectuoso saludo, juanmanuel
Muchas gracias por su amable comentario Juan Manuel.
En mi opinión, la clave para entender los sistemas monetarios actuales es que son enteramente fiduciarios, lo que implica que los medios de pagos no tengan respaldo ni posibilidad de ser convertibles en ningún activo como el oro y la plata. Bajo este sistema 100% fiduciario, o se ponen limites expresos a la emisión de medios de pagos o el sistema tiene recurrentemente a la sobre-emisión de dinero; con los efectos sobre la inflación y el ciclo económico que ello trae consigo.
Un saludo,
Juan Castañeda
Considero qué el dinero debería ser enteramente fiduciario, pues el tener un respaldo en oro u otros elementos de valor, significa tener un elemento de garantía que es tan costoso de obtener como los mismos productos a intercambiar. Y un instrumento de intercambio puede ser tan barato y simple como un asiento bancario. Quiere decirse que disponiendo de la tecnología que ya tenemos, ni siquiera es necesario la moneda, con sus aún notables gastos de impresión y de los elementos de seguridad que ha de rodearse, y hacer todos los intercambios con dinero electrónico, con asientos contables seguros.
El dinero de un país, creo, tiene que estar garantizado por la misma economía del país, por su estabilidad y seguridad económica, por que los productos y servicios que están en disposición de venta sean el mismo valor que dinero circulante hay. Ese equilibrio, ese balance, es el que han de procurar mantener los bancos centrales en todo momento, que el dinero existente sea la contrapartida real al PIB de las naciones.
Saludos