Texto que sirve de base del artículo publicado ayer, día 15 de octubre, en la sección de Economía del diario Expansión
La inquietud de los acreedores
El crédito de una empresa, familia o Estado depende de la confianza del acreedor en que pueda atender a sus obligaciones en el futuro. Así de simple. Aplicado a la deuda soberana, nuestros acreedores querrán saber tanto la situación actual como, lo que es más importante, las perspectivas de los ingresos y gastos del Estado, tanto el central como el autonómico y municipios. Y estas previsiones dependerán de manera determinante de la evolución esperada de la actividad económica y el empleo. Sólo si los intermediarios financieros y ahorradores internacionales prevén que el país crezca sobre bases firmes confiarán en que sus préstamos serán ciertamente devueltos. Este razonamiento tan sencillo, pero tan tozudo y cierto, está en la base de las recientes rebajas de las calificaciones de la deuda soberana española de Fitch, la semana pasada, y de Standard and Poor’s (S&P), ayer mismo.
Y es que no basta con el ajuste presupuestario que viene haciendo España en los últimos dos años. Esta es una condición indispensable para sanear las finanzas del Estado que, recordemos, de haber continuado con el ritmo de crecimiento del déficit público iniciado en 2008, nos habría conducido al colapso de las cuentas públicas en pocos años. La corrección de esa deriva fiscal insostenible, y el compromiso de volver al equilibrio presupuestario en pocos años, ha permitido a España detener, en parte, la pérdida de crédito a que estaba (y aún está) expuesta. Además, el saneamiento de las cuentas públicas reduce las necesidades de financiación del Estado y, con ello, no acapara la ya escasa oferta de crédito disponible para empresas y familias. Ahora bien, el recorte de gastos no es suficiente. Si la economía no crece de nuevo de manera estable, las perspectivas de ingresos públicos empeorarán y, asimismo, aumentará el gasto público en el seguro y ayuda por desempleo, así como en distintos gastos sociales de apoyo a las familias más necesitadas.
¿Qué más puede hacer el gobierno? No es el responsable directo de la creación y destrucción de empleo. Pero sí puede condicionar, y mucho, el escenario en que familias y empresas ejercen libremente su actividad. El informe de S&P da algunas pistas: la reforma laboral se enjuicia como inacabada y aún hay dudas sobre la solvencia de los activos del sistema bancario. Además, hay otros dos factores que se citan en el informe como determinantes de la rebaja de la calificación: (1) Dado que la tímida recuperación española de los últimos trimestres se debe fundamentalmente al crecimiento de nuestras exportaciones, S&P considera que las peores perspectivas de crecimiento mundial afectarán de manera particularmente negativa a nuestro PIB. (2) Además, aún sigue siendo muy elevado el endeudamiento del sector privado en España, que depende en gran medida de la financiación exterior para la renovación de los créditos contraídos por empresas y familias. Ello convierte a España en una economía especialmente vulnerable a los efectos de la prolongación de las tensiones financieras existentes a escala mundial.
Todo ello ha provocado un deterioro notable de las perspectivas sobre la economía española, y son ya muchos los institutos de coyuntura que prevén una nueva entrada en recesión en 2012. Si este escenario negativo se confirmara, las previsiones de déficit del Estado central y de las CCAA y municipios habrían de corregirse al alza, así como las previsiones de desempleo, lo que implicaría adicionales medidas de ajuste del gasto público. De confirmarse estas perspectivas recesivas, S&P anuncia adicionalmente probables nuevas rebajas de la deuda española en el futuro.
Juan Castañeda.
que somos hoy más pobres que ayer, lo sabemos; pero que además ya nos anuncien medidas catastróficas creo que tampoco ayuda a aumentar la confianza, El temors a una ruina repetidamente anunciada, acaba siendo una realidad. que conste que no se nada de economía teórica, sólo de bolsillos que sufren la realidad diaria
Estimada lectora y sufrida subscriptora mía,
Que estas agencias se confundieron, cierto, ¡y mucho! Pero eso no quita para que analicen las perspectivas de la economía española, contemplen escenarios (positivos y negativos) de su evolución y hagan un análisis pesimista a la vista de los datos disponibles; y es que estas agencias se dedican sólo a valorar la deuda de países y empresas para guiar a los inversores, son otros los que tienen que generar confianza (los que piden crédito). Gracias por los comentarios, muy bienvenidos!
Completamente de acuerdo con el primer comentario.
El artículo de el Profesor Castañeda, me parece conciso, claro y acertado en muchas observaciones, pero ya es hora de ver la realidad desde prismas diferentes. Con pronósticos del tipo “probables nuevas rebajas de la deuda”, “no basta con el ajuste presupuestario que viene haciendo España”, no mejoramos la confianza de nadie.
Si las previsiones que se hagan depende de lo “esperado”, bajo mi punto de vista, los pronósticos que se hacen sobre el futuro dependen muy mucho del cristal por donde se mire.
Cuando nos pidieron recortes, los hicimos; reformas laborales, las hemos hecho; fusiones de cajas y mejora del sistema bancario, en ello estamos; cambio constitucional para controlar el gasto, nunca un cambio de nuestra “sagrada” constitución se hizo más rápido. Que falta mucho por hacer, pues “hasta el infinito y más allá”, pero lo que no podrán negar los “que guían a los inversores” es de que España se está poniendo las pilas y está sufriendo, y mucho, por ajustarse, tanto en el sector privado, como en el público.
A ver si empezamos a ver todo lo que hemos hecho en lugar de lo que nos queda por hacer; el vaso medio lleno, en lugar de medio vacío. A ver si empezamos ya a cambiar el cristal a través del que miramos, porque si nosotros no lo hacemos, nadie lo va a hacer por nosotros, y mucho menos, “los que guían a los inversores”. Si nosotros no confiamos en nosotros mismos ¿por que van a confiar ellos en nosotros?.
Es sólo una humilde opinión de una micro empresa privada intentando sobrevivir…..
Estimada subscriptora y sufridora pyme,
En este artículo presento una explicación de los por qués que están detrás de la última rebaja de calificación de S&Ps y, asimismo, comento por qué acaban su informe con la perspectiva negativa para la deuda del reino de España. Sólo eso. No conozco la profesión de “generador de confianza” ni la ejerzo. Para eso, ya estarán otros.
No digo yo que estas agencias estén necesariamente en lo cierto. Se equivocaron masivamente durante años en la calificación de la deuda de empresas y Estados antes de 2007. Por eso, y con razón, no gozan de mucha credibilidad ahora. Pero ello no quita para que sean las tres agencias que se utilizan como referencia en el mercado internacional para valorar la solvencia de los deudores. Y no quita por tanto que puedan intentar hacer bien su trabajo ahora para ir ganando la credibilidad perdida.
En todo caso, la perspectiva negativa con que termina S&Ps la deuda española se basa en una hipótesis que, de cumplirse, yo mismo compartiría sin ningún ánimo de acabar con mi país: y es que si España no crece de manera sostenida difícilmente podrá devolver sus deudas en el futuro. Y ello, aún habiendo hecho bien con el recorte de gastos y la reestructuración de las cajas. Pero hay otras variables que sí toca el citado informe con las que tenemos aún que lidiar: una verdadera reforma laboral, la capitalización/saneamiento si fuera necesario del sistema financiero, el anuncio de una regla fiscal creíble para el futuro, … . Del cumplimiento de esa hipótesis depende el análisis de la credibilidad de la deuda de España. Veremos; yo, sinceramente, no tengo conocimiento suficiente para valorar si es verosímil o probable que España entre o no en recesión en 2012 … .
Lo único que afirma S&Ps es que, de entrar en recesión, claro que rebajarían aún más la calificación.
Se despide este mero analista de la realidad, incapaz de generar confianza porque sí.
Comentarios muy bienvenidos claro!